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¿Te han puesto una multa y no sabes qué hacer para intentar no pagarla o pagarla por menos? Te contamos todo el procedimiento que conllevan este tipo de sanciones aunque recuerda que el mejor modo de tener que no pagarla siempre es evitarla.
Funcionamiento de las notificaciones de multas
Lo primero que debes tener en cuenta es que las notificaciones de multas son un procedimiento clave para la administración. A través de estos avisos entienden que el conductor está informado del hecho de haber sido sancionado. Por ello a partir de ese momento ya puede pagar la multa si considera que ha sido puesta de manera justa o hacer las alegaciones pertinentes en el caso de que piense que ha sido sancionado injustamente.
La información sobre las multas de tráfico que puedas tener pendientes las puedes consultar a través de diversas fuentes. Por ejemplo debes tener en cuenta que aunque no te pare la Guardia Civil la multa te llegará a casa igualmente. En estos casos el método de notificación oficial es el correo certificado. Si por circunstacias no es posible realizar la notificación al conductor, la multa se publica en el TESTRA o Tablón Edictal de Sanciones de Tráfico, un lugar al que siempre se puede recurrir para ver si tenemos sanciones pendientes.
¿Cuándo se realiza la notificación de la multa de tráfico?
La notificación de la multa de tráfico se da en el momento en que se comete la infracción. En ese punto el agente se dirigirá al vehículo, le pedirá que se detenga si estaba en marcha, y procederá posteriormente a la comisión de la infracción que sea. Pero no siempre es así porque hay veces que solicitar al vehículo infractor que se detenga puede poner en peligro su seguridad y la del resto de conductores, entonces la Guardia Civil debe especificar la razón por la que decidió no parar el vehículo y notificar la multa en ese instante.
Cuando se sanciona un vehículo por estar mal aparcado, el conductor no suele estar presente para recibir la multa.
En el caso de las multas que se ponen como consecuencia de una infracción detectada por un radar.
¿No te han parado al ponértela? Aún puede haber esperanza
Como decimos, no siempre que nos multan nos paran. Así que si esto no ha ocurrido debes aclarar si el vehículo estaba siendo conducido por el propietario en ese instante o no. Ten en cuenta que la multa siempre llega a la persona que tiene el coche a su nombre, pero es probable que lo utilicen otras y hay que concretar quién estaba al volante. En caso de no ser el titular, se debe comunicar por escrito al organismo sancionador, puesto que de otro modo se asume la responsabilidad y si no se realiza la identificación la multa es de 900 euros. Cuando se trate de vehículos de empresa o alquiler es igualmente imprescindible esta identificación.
Cuidado con las notificaciones
Debes tener en cuenta que para que una multa prescriba deben superarse los plazos de notificación al sancionado. Estos plazos no siempre son los mismos y dependerán del tipo de infracción. En el caso de las multas leves el plazo es de tres meses y para el resto este plazo ascedería a seis. En el caso de que queramos recurrirlas, el periodo máximo para que la autoridad sancionadora se pronuncie es de cuatro meses.
Fíjate si todos los datos son correctos
Si se han equivocado en algún dato podrías no tener que pagarla. Así que debes comprobar muy bien si en la sanción se recogen correctamente los datos de tu coche, tanto la matrícula, la marca, el color y el momento y lugar exactos de la infracción. Antes, si los datos de la multa eran incorrectos, ésta quedaba invalidada, pero ahora los ayuntamientos vuelven a enviártela corregida. Pero sí puede servir para ganar tiempo y ayudar a que la multa prescriba.
Recurre si crees que la sanción no es justa
No debes asumir que la sanción es justa si crees que no lo es. Como conductor tienes derecho a recurrirla. Dispones para ello de veinte días naturales y lo más recomendable es poner el procedimiento en manos de empresas que se dedican a este tipo de trámites. Si no quieres gastar el dinero así mira si tu aseguradora incluyen en tu póliza el recurso de multas o el asesoramiento para realizarlo porque muchas lo hacen. Esto es una solución más efectiva porque lo cierto es que los documentos estandarizados que se encontramos en Internet suelen ser genéricos y poco precisos. Y eso haría más fácil que al final fueran rechazados por defectos de forma y que el recurso no prosperará como buscas.
No tires la toalla si crees que la sanción no es justa porque en ocasiones hasta después de haber pagado la multa puedes seguir con el recurso si consideras que no es justo. Ten presente que habiendo abonado la sanción, en ocasiones es posible un nuevo recurso si se demuestra que la Administración ha vulnerado la ley. Por ejemplo si crees que no se han aplicado los márgenes de error en los radares que contempla la legislación o que se han utilizado equipos de medición no homologados, entre otros.
Las pruebas de la infracción
No te olvides que las autoridades deben presentar pruebas para justificar la sanción que te ponen por una determinada infracción. De este modo las pruebas han de ser básicamente, de dos tipos. Por un lado se trataría de pruebas documentales. Estas pruebas harían referencia a imágenes o certificados que permitirían acreditar un exceso de velocidad, el incumplimiento de las indicaciones de un semáforo o los resultados de un test de alcoholemia. Lo más habitual es que vengan acompañadas de homologaciones del funcionamiento de los aparatos de control.
Por otro lado se encuentran las pruebas testificales. Aquí se enmarcarían la declaración del agente sancionador avalada por su compañero. Los agentes gozan de presunción de veracidad pero cualquier ciudadano se encuentra igualmente amparado por la Constitución en lo que se refiere a la presunción de inocencia.
Cuidado con las multas de alcoholemia
En los controles de alcoholemia los agentes deben hacerte dos test, si el primero da positivo. Así pues se tendrá que hacer el test siempre con un alcoholímetro homologado, y en un intervalo de, al menos, 10 minutos y siempre deben ofrecerte la posibilidad de realizar un tercer test de alcohol en sangre. El particular debe cerciorarse de que se le ha ofrecido esa posibilidad y de que se ha recogido su respuesta correctamente en el atestado que debe firmar. De no ser así, podría recurrir alegando que no se respetaron sus derechos.
